La Asociación Nacional de Periodistas del Perú, en conocimiento de hechos que afectan el derecho ciudadano a la información, perpetrados en la ciudad de Tarapoto, región San Martín, por la operadora Televisión San Martín -TV SAM- cumple con el deber de denunciar lo ocurrido ante las instituciones de la sociedad civil y demandar de los Poderes del Estado, su inmediata intervención en defensa y protección de la libertad de expresión y libertad de prensa, derechos fundamentales de la persona humana, consagrados en la Constitución Política del Estado.
La ANP considera repudiable la actitud de los concesionarios de la administración de ese servicio público del sector de las comunicaciones, al imponer condiciones para la contratación de espacios, que coartan el derecho de los periodistas a informar, interpretar y opinar sobre asuntos que son de interés de la población y en especial de aquellos acontecimientos que tienen relevancia política, por cuanto tienen directa relación con el buen manejo del patrimonio del Estado.
Dado que no es la primera vez que TV SAM desconoce, bajo el sofisma de un vulgar negocio, la verdadera naturaleza de la utilización del servicio de la televisión, la ANP hace recordar que, sin ignorar el rol ciudadano en general, es deber de los empresarios y periodistas, preservar y fortalecer las libertades de la información y la comunicación. En tal sentido, nuestro gremio rechaza cualquier actitud mercantil en contrario, por cuanto la radioteledifusión requiere de espacios periodísticos para fiscalizar a las autoridades, propiciar en tales medios los espacios democráticos donde sea posible el encuentro ciudadano y el debate público y, por consiguiente, evitar que el estado de derecho y la moral ciudadana sufran nuevamente pérdidas tan graves, que lleven al país a otra ruptura de las bases de la convivencia social, como lo registrado en tiempos recientes, sobre todo en la década de los años 90.
La ANP hace referencia a lo ocurrido en esa década del reciente siglo pasado, para que nunca más se repita, cuando algunos medios y comunicadores se prestaron, también por razones mercantiles, para acrecentar la corrupción empresarial y política, mediante la autocensura, las infames campañas de desinformación y de desprestigio contra quienes cuestionaban el irrespeto a los principios y valores de la democracia. Al mismo tiempo que demanda de los concesionarios ya mencionados, un instante de reflexión respecto al deber comunicacional que les corresponde, la ANP hace una invocación a quienes anhelan un país más armonioso y en verdad democrático, para que tengan presente que hay un tiempo nuevo que será distinto en tanto se respete a los periodistas ajenos a cualquier red de dependencia y sometimiento, cimentada en el dinero, el chantaje, el favoritismo y el halago.
Lima, 24 de setiembre del 2011
COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL
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